De la Lesa humanidad, a la humanidad
En Mayo de 1976, dos meses
después del golpe de estado a Isabel Perón, se instala en la Escuela de
Mecánica de la Armada el grupo de tareas 3.3.2
Este grupo, opero
bajo el ámbito de la armada
Argentina, aunque de él también
participaron miembros de las otras
fuerzas armadas y seguridad, integrando un aparato no solo represivo, cuyos objetivos eran el secuestro, tortura y asesinato, sino también el robo de los bienes
de los detenidos y la apropiación de
sus bebes. Todos
estos actos ocultos en la clandestinidad absoluta y violando los códigos
de conductas humanas fueron llevados a cabo con el aparato
montado desde el estado Argentino.
Para llevar adelante las operaciones se utilizaron varios
edificios del predio, el cual siguió
funcionando como escuela de suboficiales de la armada Argentina.
El más importante edificio utilizado
fue el casino de oficiales, donde tanto en su sótano como en el altillo se alojaba y torturaba a los secuestrados, los
cuales luego de un determinado tiempo
eran trasladados en los famosos vuelos de la muerte; una brutal forma de asesinar a los detenidos arrojándolos con vida al mar desde aviones.
Del grupo de delincuentes
el que llego a destacarse a nivel
mundial fue Alfredo Astiz, conocido como
el ángel de la muerte, Minio o ángel
rubio; su fama es superior incluso a la que obtuvieron los comandantes de
las tres juntas que gobernaron durante
el Proceso de Reorganización Nacional;
un proceso que trato de ocultar los
desmanes y la entrega del país a los
poderes mundiales detrás de palabras como
patria y nacionalismo, cuando en
realidad no fueron patriotas o
nacionalistas sino simples serviles que cuando tuvieron la oportunidad de demostrar el lema
“Dios, Patria o muerte” en la verdadera
defensa nacional se
rindieron como corderos, no sin antes hacer que simples soldados de
18 años
murieran por ellos. Este es
el caso
de este marino, emblema de
terrorismo de estado, y paradójicamente una pieza fundamental de la armada
Argentina en el complejo Conflicto Malvinas.
En 1981 el almirante
Anaya asume el comando de la
Armada Argentina, paralelamente al apoyo de la operación del
chatarrero Dadivof , remplaza a la dotación de científicos civiles
que instalarían una estación en las Islas Georgias de sur, por
miembros de la agrupación comandos
anfibios y buzos tácticos entre los cuales se encontraba el “Ángel
Rubio”; este grupo comenzó a entrenar en san Fernando y luego en
la isla grande de tierra del Fuego
y fue conocido como el grupo ALFA.
En Marzo de 1982, cuando los incidentes entre los científicos civiles Ingleses y los chatarreros activaron la maquinaria bélica en
el Atlántico Sur, los comandos de la
armada ya estaban allí y fueron los
responsables de la reacción de los ingleses.
El 03 de Abril cuando los
infantes de marina, en su mayoría soldados conscriptos, estaban desembarcando
para reducir la dotación de infantes
de marina ingleses, los comandos de
Astiz no tomaron parte de las acciones y
solo desembarcaron cuando los ingleses se rindieron.
Ese día hubo tres
muertes en la toma de las Isla Georgia
del Sur, dos de ellos soldados de
19 años que llegaron a la
zona de operaciones en condiciones de combate disminuidas después de tener una travesía con una
fuerte tormenta, a pesar de esto, del
bajo poder de combate, se opto por enviarlos a ellos y no a los profesionales. Quizás esto
pase desapercibido en el contexto del conflicto a no ser por el hecho de que 23 días después, el 26 de abril, cuando los SAS Ingleses retoman Georgias del Sur, Astiz y su grupo se entrego sin ofrecer
resistencia, sin utilizar su
armamento y con todo su poder de
combate intacto, sin lugar a dudas
una muestra cabal de las aptitudes
especiales de estos bravos
combatientes que lo único que
demostraron es poder “Combatir” a mujeres indefensas
en la represión, y no dudar en
utilizar a soldados con solo dos meses de instrucción para combatir a
profesionales ingleses mientras
ellos miraban desde la seguridad como
era derribado su helicóptero y se los
mataba.
Georgias fue el único punto defendido solo por
profesionales, buzos tácticos y comandos
anfibios, a pesar de ello, fue el punto que menos resistió y se entrego sin combatir. Tuvo 4
muertos, dos soldados conscriptos
y un cabo de la guerrico en 3 de Abril,
el último fue Felix Artuso en un intento de hundir el submarino Santa Fe;
todos ellos cumplieron
acabadamente con su deber, no así la
dotación que quedo allí entrenada específicamente para “combatir”
Al final de la dictadura, el frágil inicio de la democracia comienza a juzgar a los responsables del terrorismo de estado en la
Argentina. Se comenzó con la junta de
comandantes y luego con este tipo de genocidas;
lamentablemente en la década del 80 y 90 se indulto a estas bestias, incluso la
armada Argentina les dio destinos en
Europa. Esta falta de justicia
tiene como explicación la aun fuerte estructura
militar y del aparato represivo, no solo en la argentina, sino también
en toda la región. Con el afianzamiento de las instituciones y la nueva
conciencia en materia de Derecho humanos,
sumado a las alianzas con
otros estados en la realidad geopolítica regional ha
posibilitado la continuidad de las investigaciones y el avance de los juicios por delitos de lesa humanidad los cuales ya han condenado y penado a estos seres, paradójicamente mediante los instrumentos legales que ellos
les negaron a sus víctimas.
La antigua escuela de mecánica de la armada, ESMA, fue convertida durante la administración
Kirchner en un emblema del triunfo de
los derechos humanos, de la vida sobre la muerte, de la memoria sobre el olvido de lo miles de
compatriotas, de todas las ideologías políticas, combatientes, amas de
casa, profesionales, obreros, estudiantes
que fueron simplemente asesinados. Allí
no solamente existe el espacio
para la memoria, sino que se apuesta a
la educación, a la investigación, el fomento
y la divulgación de los
derechos humanos.
El presente trabajo esta en proceso de edición.
Casenave Hector // Sudakka
agenciasudakka@gmail.com
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